miércoles, 27 de abril de 2011

Granité de Sandía

El GRANITÉ, es como una nieve, hecha con frutas, el nombre viene de granitos o granizado del italiano, y en términos mexicanos es un tradicional raspado. Es muy sencillo y es muy refrescante para estos días tan calurosos.

Necesitas, para 2 porciones:
4 tazas de Sandía picada, es temporada, y se encuentra mucha y muy buena,
1/2 taza de Azúcar morena o moscabado
Hojas de Hierbabuena al gusto
Jugo de 1 limón

Preparación
Pelas la sandía y tratas de quitar todas las semillas. La pones en la licuadora, con el resto de los ingredientes y resistes la tentación de añadir agua, no la necesitas y empobrecerá el granité.
Agregas la mezcla licuada a un recipiente de acero o vidrio pirex, para evitar agregar a tu granité dioxinas. Si no pudiste quitar todas las semillas lo cuelas y listo!. De preferencia que el recipiente sea más ancho que profundo.
Lo metes al congelador hasta que se endurezca...esto dependerá de que tan eficiente es tu congelador, de cuantas veces lo abres, de que tan extendida esté la mezcla y de que tanta prisa tengas, porque entre más prisa...más se tarda! Por lo que te recomiendo que lo hagas al menos 4 horas antes.


Una vez congelado, entra en acción el procedimiento de RASPAR PARA HACER GRANOS, es hacer la función de los aparatitos que usan los de los carritos de raspados, pero usaremos un tenedor, para raspar y romper el hielo.
Sirve en una linda copa o vaso de jugo y puedes decorar con hojas de hierbabuena, una rebanadita de sandía  con todo y cáscara si te quieres lucir y está de más decirte que tienes que servir de inmediato! y disfrutar!

Como vez es muy sencillo y lo puedes hacer con el agua de sabor que sobró, con tes, café, vinos o sigues el mismo procedimiento con frutillas. Que te sea útil para sobrellevar estos calores!

TIP ENERGÉTICO. Aprovecho para recordarte que debes mantener la puerta del refrigerador o congelador la mayor parte del tiempo bien cerrada, sacar y meter las cosas rápidamente, y más en esta temporada, con ello aumentas la vida útil de tu refri, de los alimentos y el consumo de luz es mucho menor, ya que no tiene que forzarse para mantener la temperatura adecuada, lo mismo que pasa cuando metes cosas calientes en él.

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